jueves, 24 de septiembre de 2015

REALISMO VS IMPRESIONISMO:

REALISMO:

Realismo es la denominación de un estilo o movimiento pictórico que se dio en Francia a mediados del siglo XIX, su principal representantes Gustave Courbet.



El taller del pintor,  Gustave Courbet, cuadro de 1855 que dio origen a la definición del movimiento

CARACTERÍSTICAS:
  • Refleja la realidad cotidiana
  • Los artistas dejan a un lado los temas sobrenaturales, mágicos, y se centran en temas más corrientes.
  • Reproducen imágenes al natural.
  • Es una pintura objetiva, que no intenta embellecer la realidad.
  • Representa la vida cotidiana, en el campo, en la ciudad, el paisaje, el trabajo.
  • No busca la belleza en su arte.
OBJETIVO: Es la representación objetiva y verosímil de la realidad.

PARTICULARIDADES RESPECTO A LA UTILIZACIÓN DE LA LUZ:
Estudia los efectos de la luz y de los fenómenos atmosféricos sobre las escenas representadas, dándole a sus obras gran naturalidad. Se interesaron por los cambios atmosféricos, filtraciones de luz y los cambios que producen.
Con respecto a la técnica pictórica, podemos decir que hacen un gran uso del claroscuro, dándole a sus obras un gran efecto de volumen y naturalidad. Recordemos que dicha técnica es una de las más utilizadas en la historia de la pintura.
La luz ha sido una de las grandes protagonistas en este movimiento. Aquí los artistas son capaces de transmitir emociones, de dramatizar las escenas, de conferir credibilidad a lo pintado, de crear ilusiones.
OBRAS:

Gustave Courbet. Retrato: "El desesperado" 1841.


 Jules Breton "La retirada de las espigadoras" 1859.



Jean .F. Millet. "Las espigadoras" 1857.

IMPRESIONISMO:
El Impresionismo es la denominación de un movimiento artístico, definido inicialmente para la pintura impresionista .Surge en el siglo XIX en Europa, principalmente en Francia, con el intento de plasmar la luz, y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que lo proyectaba, es decir, formas con identidad.
Los impresionistas se preocupaban más por captar la incidencia de la luz sobre el objeto que por la exacta representación de la forma.
PARTICULARIDADES CON RESPECTO A LA UTILIZACIÓN DE LA LUZ:
                                              
Artistas impresionistas y sus trabajos:
Los artistas impresionistas pintaban principalmente sus trabajos en el exterior en lugar de en los estudios, usando temas como paisajes, agua reflejando la luz del sol y personas disfrutando actividades recreativas en el exterior. Pinceladas rápidas y cortas y colores primarios sin mezclar se usaban para simular el reflejo, la luz y el movimiento. Elementos característicos que aparece en todas sus obras: la luz. Esa luz que tiende a difuminar los contornos y refleja los colores de los objetos circundantes en las zonas de penumbra. . Estudiaban los distintos matices de la atmósfera mediante versiones de un mismo motivo en distintos momentos del día, variando la luz y la atmósfera.
Coloración de las sombras: Evitaban las sombras negras y se reducían a espacios coloreados con tonalidades complementarias —luces amarillas, sombras violetas—. El claroscuro quedó eliminado.
Técnica: A partir del uso de colores puros o saturados, los artistas dieron lugar a la ley del contraste cromático, es decir: «todo color es relativo a los colores que le rodean», y los complementarios enriqueciendo el uso de colores puros bajo contrastes, generalmente de fríos y cálidos. Las sombras pasaron de estar compuestas por colores oscuros a estar compuestas por colores complementarios que, a la vez, creaban ilusión de profundidad. La característica principal es el uso de complementarios, de la luz a la sombra y en un mismo valor, esto se denomina modulado del color. Podemos decir que, rompiendo con la dinámica clásica del claroscuro, donde el contraste se da por valor, esto se denomina modelado del color; el contraste entre claridad y oscuridad es la que generan la ilusión de profundidad. Asimismo enriquecieron el lenguaje plástico separando los recursos propios del dibujo y aplicando únicamente los recursos propios de la pintura: es decir, el color.
OBRAS:

Claude Monet"Impression, soleil levant" 1872.

 Claude Monet "Las amapolas" 1873.

Claude Monet“Los nenúfares blancos”1899. 

Oscar-Claude Monet
  Es el principal exponente del impresionismo.(París, 14 de noviembre de 1840-Giverny, 5 de diciembre de 1926)
 Sus primeras obras, hasta la mitad de la década de 1860, son de estilo realista. Monet logró exponer algunas en el Salón de París. A partir del final de la década de 1860 comenzó a pintar obras impresionistas.
En 1890, Monet desarrolló el concepto de las «series», en las que un motivo es pintado repetidas veces con distinta iluminación. Al mismo tiempo comenzó a trabajar en el famoso jardín de su casa en Giverny con estanques de nenúfares que luego utilizó como motivo para sus pinturas.
 El método elegido para trabajar es el aire libre y se dedicó al estudio de las transparencias y los efectos lumínicos del agua, y la atmósfera.
El aire libre y la luz inundan la obra de Monet. Expresa sensaciones de la brisa que hacen ondular las hierbas, estremece las hojas, traduce la luz, sus cambios y sus reflejos, y busca los fenómenos atmosféricos.
"Cuanto más viejo me hago más cuenta me doy de que hay que trabajar mucho para reproducir lo que busco: lo instantáneo. La influencia de la atmósfera sobre las cosas y la luz esparcida por todas partes"
                                                                                                                       Claude Monet, 1891
Una serie de gran importancia realizada por el artista son los Almiares:
Almiares es una serie de pinturas de Claude Monet. Los sujetos de todos cuadros son almiares en campos después de la cosecha. El título refiere principalmente a una serie de veinticinco cuadros pintados entre el fin del verano de 1890 y la primavera después. La serie es conocida por su uso temático de repetición para mostrar diferencias en la percepción de luz durante distintos momentos del día, estaciones y tipos de tiempo. Fueron pintados en campos cerca del hogar de Monet en Giverny, Francia.
Pero en realidad lo que persigue no es tanto la forma de cada uno de esos almiares sino la luz, esa luz que transforma todo; que se percibe de diferente manera a medida que transcurre el día, desde la primera luz del alba hasta la última luz del atardecer; en las estaciones  del año y con el clima característico. Esa luz que cubre de un color diferente a los almiares y envuelve a cada uno de ellos de un halo personal.
“Para mí el paisaje apenas existe como tal paisaje -ya que su aparición está en constante cambio- sino que vive en virtud de su entorno, el aire y la luz”. 
                                                                                                                           Monet.
Son obras que ahora se exhiben en galerías, museos y colecciones privadas de todo el mundo y que permiten disfrutar del campo y su luz como si estuviera esparcido por cada rincón. Y claramente vemos una finalidad, trasladarnos a ese lugar en ese mismo instante a través de su luz.
Monet llegó a afirmar: “Quiero lo inalcanzable. Otros artistas pintan un puente, una casa, un barco, y eso es el fin. Están acabados. Yo quiero pintar el aire que rodea el puente, la casa, el barco, la belleza del aire en el que estos objetos están inmersos, y eso es prácticamente imposible”.

SERIE LOS ALMIARES:




Otro motivo pintado en series fue la famosa catedral de Rouen:
La representación de un mismo motivo pictórico en distintos momentos para observar los cambios causados por la luz natural no era nueva para Monet, que ya entre 1890 y 1891 había llevado a cabo una serie de lienzos representando los almiares.
La Catedral de Rouen llevada a cabo por Claude Monet entre 1892 y 1894. La serie -consistente en 31 lienzos que muestran la fachada de la catedral gótica de Rouen bajo distintas condiciones de luz y clima- provocó una admiración inmediata entre la crítica de su tiempo, y fue alabada por muchos maestros posteriores, desde Wassily Kandinsky hasta Roy Liechtenstein.
Pero con las Catedrales Monet va más allá: no se trata, como ocurría en los almiares, de representar un modelo tangible (los montones de paja) bajo distintas condiciones lumínicas y climáticas. En los lienzos de La Catedral de Rouen , el auténtico objeto no es ya el modelo arquitectónico, al que Monet en cierto sentido "desprecia" al representarlo desde un punto de vista cercano en exceso, de tal forma que la arquitectura, debido a la casi ausencia de perspectiva, pierde su grandiosidad y queda incluso seccionada en las torres y pináculos: el edificio no es más que un fondo, una excusa , para mostrar al auténtico protagonista de la composición: la capacidad de la pintura de representar la cualidad dinámica de la luz y el ambiente, que es capaz de dar vida a algo tan inanimado como la imponente fachada de la catedral.
Incapaz  de representar en un lienzo completo  cada fugaz instante, Monet trabajaba en ocasiones simultáneamente con varios lienzos, volcándose en uno en concreto cada vez que las condiciones de luz y ambiente se parecían a la del cuadro en cuestión. Imaginemos por un instante la situación: Claude Monet, instalado frente a la ventana de un segundo piso frente a la Catedral , trabajando frenéticamente con decenas de lienzos, a merced de que una nube pasajera, un fugaz rayo de sol, una niebla matinal le obligara a buscar -si es que existía- el cuadro en el que pudiera centrarse. Por supuesto, tal tarea debía resultar desesperante, y el propio pintor está a punto de abandonar su empresa. Pero no era Monet una persona que se rindiera fácilmente: " Más que nunca aborrezco las cosas que salen bien al primer intento”, había escrito mientras trabajaba con su serie de los almiares. Monet llega incluso a concluir varios de los lienzos en su taller, fiándose de su portentosa memoria visual. Pero dos años después, la misión estaba cumplida, y Monet poseía ya tres decenas de capturas pictóricas de la Catedral. Así, y por primera vez en la historia de la pintura, se había logrado representar la cuarta dimensión, el tiempo, un logro reivindicado -sin embargo- por numerosas vanguardias varias décadas posteriores al maestro francés.
Evidentemente, entre los 31 lienzos hay más diferencias que las debidas a las distintas condiciones de luz y ambiente. Monet eligió en total cinco puntos de vista diferentes pero siempre conservando ese punto de vista cercano. 25 de estas vistas están fechadas en 1894, otra lo está en 1893, y las cinco restantes no están fechadas, aunque sí firmadas. No obstante, el hecho de que Monet concluyese la mayoría de vistas en su taller resta importancia a las fechas, ya que resulta más importante la fecha en la que cada lienzo fue iniciado. La elección de la paleta refleja los distintos tonos con los que la luz del día iba tiñendo la fachada de la catedral: de unos suaves azules para los lienzos creados por la mañana se pasa a unos vivos tonos ocres y dorados para los cuadros "a pleno sol” y castaños y grises para los días nublados.
 Las Catedrales de Monet gozaron de una aceptación inmediata entre la crítica y el público. “Monet hace que hasta las piedras cobren vida”, declara el escritor Georges Clemenceau.
La Catedral de Claude Monet es, además de objetos codiciados por cualquier Museo o coleccionista, el mejor testimonio pictórico de la audacia del impresionismo.

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