Realismo es la denominación de un estilo o movimiento pictórico que se dio en Francia a mediados del siglo XIX, su principal representantes Gustave Courbet.
El taller del pintor,
Gustave Courbet, cuadro de 1855 que dio origen a la definición del
movimiento
CARACTERÍSTICAS:
- Refleja
la realidad cotidiana
- Los
artistas dejan a un lado los temas sobrenaturales, mágicos, y se centran
en temas más corrientes.
- Reproducen imágenes al natural.
- Es una pintura objetiva, que no intenta embellecer la realidad.
- Representa la vida cotidiana, en el campo, en la ciudad, el paisaje, el trabajo.
- No
busca la belleza en su arte.
OBJETIVO: Es la representación
objetiva y verosímil de la realidad.
PARTICULARIDADES RESPECTO A LA UTILIZACIÓN DE LA LUZ:
Estudia
los efectos de la luz y de los fenómenos atmosféricos sobre las escenas
representadas, dándole a sus obras gran naturalidad. Se interesaron por los
cambios atmosféricos, filtraciones de luz y los cambios que producen.
Con
respecto a la técnica pictórica, podemos decir que hacen un gran uso del
claroscuro, dándole a sus obras un gran efecto de volumen y naturalidad.
Recordemos que dicha técnica es una de las más utilizadas en la historia de la
pintura.
La luz ha
sido una de las grandes protagonistas en este movimiento. Aquí los artistas son
capaces de transmitir emociones, de dramatizar las escenas, de conferir
credibilidad a lo pintado, de crear ilusiones.
OBRAS:
Gustave
Courbet. Retrato: "El desesperado" 1841.
Jules
Breton "La retirada de las espigadoras" 1859.
Jean
.F. Millet. "Las espigadoras" 1857.
IMPRESIONISMO:
El Impresionismo es
la denominación de un movimiento artístico, definido inicialmente para la
pintura impresionista .Surge en el siglo XIX en Europa, principalmente en
Francia, con el intento de plasmar la luz, y el instante, sin reparar en la
identidad de aquello que lo proyectaba, es decir, formas con identidad.
Los
impresionistas se preocupaban más por captar la incidencia de la luz sobre el
objeto que por la exacta representación de la forma.
PARTICULARIDADES
CON RESPECTO A LA UTILIZACIÓN DE LA LUZ:
Artistas impresionistas y sus trabajos:
Los artistas
impresionistas pintaban principalmente sus trabajos en el exterior en lugar de
en los estudios, usando temas como paisajes, agua reflejando la luz del sol y
personas disfrutando actividades recreativas en el exterior. Pinceladas rápidas
y cortas y colores primarios sin mezclar se usaban para simular el reflejo, la
luz y el movimiento. Elementos característicos que aparece en todas sus obras:
la luz. Esa luz que tiende a difuminar los contornos y refleja los
colores de los objetos circundantes en las zonas de penumbra. . Estudiaban los
distintos matices de la atmósfera mediante versiones de un mismo motivo en
distintos momentos del día, variando la luz y la atmósfera.
Coloración
de las sombras: Evitaban las sombras negras y se reducían a espacios coloreados
con tonalidades complementarias —luces amarillas, sombras violetas—. El
claroscuro quedó eliminado.
Técnica: A
partir del uso de colores puros o saturados, los artistas dieron lugar a la ley
del contraste cromático, es decir: «todo color es relativo a los colores
que le rodean», y los complementarios enriqueciendo el uso de
colores puros bajo contrastes, generalmente de fríos y cálidos. Las sombras
pasaron de estar compuestas por colores oscuros a estar compuestas por colores
complementarios que, a la vez, creaban ilusión de profundidad. La
característica principal es el uso de complementarios, de la luz a la sombra y
en un mismo valor, esto se denomina modulado del color.
Podemos decir que, rompiendo con la dinámica clásica del claroscuro, donde
el contraste se da por valor, esto se denomina modelado del color; el contraste
entre claridad y oscuridad es la que generan la ilusión de profundidad.
Asimismo enriquecieron el lenguaje plástico separando los recursos propios del
dibujo y aplicando únicamente los recursos propios de la pintura: es decir, el
color.
OBRAS:
Claude
Monet"Impression, soleil levant" 1872.
Claude
Monet "Las amapolas" 1873.
Claude Monet“Los nenúfares blancos”1899.
Oscar-Claude Monet Es el principal exponente del impresionismo.(París, 14 de noviembre de 1840-Giverny, 5 de diciembre de 1926)
Sus
primeras obras, hasta la mitad de la década de 1860, son de
estilo realista. Monet logró exponer algunas en el Salón de París. A
partir del final de la década de 1860 comenzó a pintar obras
impresionistas.
En 1890,
Monet desarrolló el concepto de las «series», en las que un
motivo es pintado repetidas veces con distinta iluminación. Al mismo tiempo
comenzó a trabajar en el famoso jardín de su casa en Giverny con
estanques de nenúfares que luego utilizó como motivo para sus pinturas.
El
método elegido para trabajar es el aire libre y se dedicó al estudio de las
transparencias y los efectos lumínicos del agua, y la atmósfera.
El aire
libre y la luz inundan la obra de Monet. Expresa sensaciones de la brisa que
hacen ondular las hierbas, estremece las hojas, traduce la luz, sus cambios y
sus reflejos, y busca los fenómenos atmosféricos.
"Cuanto
más viejo me hago más cuenta me doy de que hay que trabajar mucho para
reproducir lo que busco: lo instantáneo. La influencia de la atmósfera sobre
las cosas y la luz esparcida por todas partes"
Claude
Monet, 1891
Una serie
de gran importancia realizada por el artista son los Almiares:
Almiares es una serie de pinturas de Claude
Monet. Los sujetos de todos cuadros son almiares en campos después de la
cosecha. El título refiere principalmente a una serie de veinticinco cuadros
pintados entre el fin del verano de 1890 y la primavera después. La serie es
conocida por su uso temático de repetición para mostrar diferencias en la
percepción de luz durante distintos momentos del día, estaciones y tipos de
tiempo. Fueron pintados en campos cerca del hogar de Monet
en Giverny, Francia.
Pero en
realidad lo que persigue no es tanto la forma de cada uno de esos almiares sino
la luz, esa luz que transforma todo; que se percibe de diferente manera a
medida que transcurre el día, desde la primera luz del
alba hasta la última luz del atardecer; en
las estaciones del año y con el clima característico.
Esa luz que cubre de un color diferente a los almiares y
envuelve a cada uno de ellos de un halo personal.
“Para mí
el paisaje apenas existe como tal paisaje -ya que su aparición está
en constante cambio- sino que vive en virtud de su entorno, el aire y
la luz”.
Monet.
Son obras
que ahora se exhiben en galerías, museos y colecciones privadas de todo el
mundo y que permiten disfrutar del campo y su luz como si estuviera
esparcido por cada rincón. Y claramente vemos una finalidad, trasladarnos a ese
lugar en ese mismo instante a través de su luz.
Monet
llegó a afirmar: “Quiero lo inalcanzable. Otros artistas pintan un
puente, una casa, un barco, y eso es el fin. Están acabados. Yo quiero
pintar el aire que rodea el puente, la casa, el barco, la belleza del
aire en el que estos objetos están inmersos, y eso es prácticamente imposible”.
SERIE LOS ALMIARES:
Otro motivo pintado en series fue la famosa catedral de Rouen:
La
representación de un mismo motivo pictórico en distintos momentos para observar
los cambios causados por la luz natural no era nueva para Monet, que ya entre
1890 y 1891 había llevado a cabo una serie de lienzos representando los
almiares.
La
Catedral de Rouen llevada a cabo por Claude Monet entre 1892 y 1894. La serie -consistente
en 31 lienzos que muestran la fachada de la catedral gótica de Rouen bajo
distintas condiciones de luz y clima- provocó una admiración inmediata entre la
crítica de su tiempo, y fue alabada por muchos maestros posteriores, desde
Wassily Kandinsky hasta Roy Liechtenstein.
Pero con
las Catedrales Monet va más allá: no se trata, como ocurría en
los almiares, de representar un modelo tangible (los montones
de paja) bajo distintas condiciones lumínicas y climáticas. En los lienzos
de La Catedral de Rouen , el auténtico objeto no es ya el
modelo arquitectónico, al que Monet en cierto sentido "desprecia" al
representarlo desde un punto de vista cercano en exceso, de tal forma que la
arquitectura, debido a la casi ausencia de perspectiva, pierde su grandiosidad
y queda incluso seccionada en las torres y pináculos: el edificio no es más que
un fondo, una excusa , para mostrar al auténtico protagonista
de la composición: la capacidad de la pintura de representar la cualidad
dinámica de la luz y el ambiente, que es capaz de dar vida a
algo tan inanimado como la imponente fachada de la catedral.
Incapaz
de representar en un lienzo completo cada fugaz instante, Monet trabajaba
en ocasiones simultáneamente con varios lienzos, volcándose en uno en concreto
cada vez que las condiciones de luz y ambiente se parecían a la del cuadro en
cuestión. Imaginemos por un instante la situación: Claude Monet, instalado
frente a la ventana de un segundo piso frente a la Catedral , trabajando
frenéticamente con decenas de lienzos, a merced de que una nube pasajera, un
fugaz rayo de sol, una niebla matinal le obligara a buscar -si es que existía-
el cuadro en el que pudiera centrarse. Por supuesto, tal tarea debía resultar
desesperante, y el propio pintor está a punto de abandonar su empresa. Pero no
era Monet una persona que se rindiera fácilmente: " Más que nunca
aborrezco las cosas que salen bien al primer intento”, había escrito
mientras trabajaba con su serie de los almiares. Monet llega
incluso a concluir varios de los lienzos en su taller, fiándose de su
portentosa memoria visual. Pero dos años después, la misión estaba cumplida, y
Monet poseía ya tres decenas de capturas pictóricas de la
Catedral. Así, y por primera vez en la historia de la pintura, se había logrado
representar la cuarta dimensión, el tiempo, un logro
reivindicado -sin embargo- por numerosas vanguardias varias décadas posteriores
al maestro francés.
Evidentemente,
entre los 31 lienzos hay más diferencias que las debidas a las distintas
condiciones de luz y ambiente. Monet eligió en total cinco puntos de vista
diferentes pero siempre conservando ese punto de vista cercano. 25 de estas
vistas están fechadas en 1894, otra lo está en 1893, y las cinco restantes no
están fechadas, aunque sí firmadas. No obstante, el hecho de que Monet
concluyese la mayoría de vistas en su taller resta importancia a las fechas, ya
que resulta más importante la fecha en la que cada lienzo fue iniciado. La
elección de la paleta refleja los distintos tonos con los que la luz del día
iba tiñendo la fachada de la catedral: de unos suaves azules para los lienzos
creados por la mañana se pasa a unos vivos tonos ocres y dorados para los
cuadros "a pleno sol” y castaños y grises para los días
nublados.
Las Catedrales de
Monet gozaron de una aceptación inmediata entre la crítica y el público. “Monet hace
que hasta las piedras cobren vida”, declara el escritor Georges
Clemenceau.
La
Catedral de Claude
Monet es, además de objetos codiciados por cualquier Museo o coleccionista, el
mejor testimonio pictórico de la audacia del impresionismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario